Me gustaba aquella casa, y yo necesitaba un lugar donde vivir. Su cocina era enorme, con una gran mesa de madera de roble y una isleta precios adonde podías cocinar. El baño tenía jacuzzi, un gran espejo y una bonita lámpara colgada del techo y las habitaciones eran enormes y generosas, con grandes armarios y camas super cómodas y el comedor era lo mejor; tenía un sofá en el que podría pasarme horas y una gran televisión de pantalla plana en el que podía verle los granos maquillados a la presentadora. Los dueños eran muy agradables, una pareja muy encantadora que tenía dos hijos de 11 y 15 años, vivían justo encima de donde yo iba a vivir, era una especie de casa compartida en la que había dos plantas, la de arriba para ellos y la de abajo para los inquilinos. Me parecía bien, sobre todo porque podríamos llamarlos en cualquier momento por si hubiera alguna incidencia. Y yo necesitaba una casa.
El problema estaba es que me daba mal rollo, porque justo antes de venir yo hubo una incidencia con dos de los anteriores inquilinos (el tercero estaba bien, por suerte). Una chica asesinó a otro brutalmente y se lo comió porque "tenía mucha hambre" y después se ahorcó con el cinturón de su albornoz dejando una nota "explicativa" y pidiendo perdón. El tercer inquilino (un poco mayor ya para vivir de inquilino) justo estaba fuera de casa cuando pasó lo ocurrido y descubrió todo el pastel. Pero he hablado con él y parece que no tiene trauma alguno.
He decidido quedarme, además por el incidente me han rebajado (aún más) el precio. Por ese dinero no creo que vaya a poder vivir tan bien como creo que lo voy a hacer aquí. Además me han dado la habitación más grande de todas (aunque parecía que el otro inquilino, Juan, no estaba contento con eso, creo que él quería la mas grande y al final se ha quedado con la mediana. Me sorprende que el que tenía la habitación más pequeña fuera el superviviente. Es extraño)
Llevo dos meses viviendo aquí y estoy genial. Hace escasamente tres semanas vino una inquilina nueva, decía que se llamaba Ania y que era modelo de tallas grandes. Sí, la verdad es que ahora que lo pienso la muchacha estaba un poco gordita y era muy MUY guapa. Nos llevamos bien, yo le tenía mucho aprecio porque me ayudaba a hacer la comida y compartíamos los gastos de la casa (El papel higiénico, el aceite...) . En cambio nuestro amigo Juan estaba cabreado todo el día, yo creo que nos odiaba por sustituir a sus queridos amigos. La verdad es que no lo entendía, y si soy sincera, no me importaba lo que pensara.
Cada día odio más a ese tipo
Juan hace dos semanas que hace cosas extrañas por la noche, cosas muy extrañas, se pone a taladrar a las dos de la mañana, mueve muebles, habla solo
¿?¿?¿?¿?
En fin, que me parece que ya es hora de que me largue de este estúpido sitio, cada día lo odio más, su cocina cursi, su gran pantalla que hace que me maree... No se si es este puto piso o el aura de maldad, de maña intención que tiene Juan. Hoy me he dado cuenta de que ese tío tiene mirada de asesino, y no me mola un pelo.
He hablado con mis padres y me han dicho en que están de acuerdo, que no les importa que me vaya del lugar si me da malas vibraciones, que puedo volver a casa o cogerme otro piso (aunque sea mas caro). Supongo que mañana se lo diré a Ania, y ese mismo día, aunque sea a mediados de mes me largaré rauda y veloz para no volver a entrar. También tendré que decírselo a Juan — Seguro que se alegra.
Hoy es un día alegre, sale el sol, cantan los pájaros y yo me voy a mi casa por la tarde. Juan ha salido a por no sé que cosas y yo estoy perdiendo el tiempo viendo la tele y terminando de hacer la maleta. Aun no les he dicho que me iría esta misma tarde a mi casa y que jamás volvería a este piso, supongo que se lo diré a la hora de marcharme. No me gustan las caras tristes ni las despedidas, aunque solo sea la de un compañero eso me hace ponerme triste a mi, y ¡no! hoy es un día feliz porque salgo de aquí de una vez por todas.
De repente Ania está muy rara, está como arrasando todo lo que hay en la nevera, así como que no quiere la cosa. Vale que esta gorda, pero joder, es imposible que le quepa tanta comida en su estómago así que voy a ir a ver a la cocina a hablar con ella porque no es normal. Estoy hablando con ella y ni si quiera quiere contestarme, esta tan ocupada comiendo que creo que ni se ha dado cuenta de que yo estoy ahí. Estoy dándome cuenta de que se esta comiendo la carne CRUDA y eso es muy preocupante, sobre todo sabiendo lo que pasó aquí hace un tiempo atrás y así, mientras ella rebuscaba encontré ( y ella también lo encontró) un bote extraño con unas pastillas en las que ponía "Dynanose" y lo que más me extrañase, es que a pesar de que nunca a nadie de la casa había visto tomarse esas pastillas, ¡estaba el bote casi vacío! En realidad sólo quedaban dos pastillas. Ania se ha vuelto loca y en cuanto las ha visto quiere tomarse también esas pastillas, y mientras forcejeamos no para de decir "Tengo hambre, tengo hambre, déjame que tengo hambre". La verdad es que estoy realmente asustada de lo que pueda pasar aquí. Así que en un ataque de histeria he podido arrebatarle el bote de pastillas y encerrarme en el cuarto de baño.
Es extraño, porque en el baño hay dos velas, una encendida, y la luz no funciona. Tengo miedo, sobre todo por Ania así que voy a llamar al 112. Me dan dos tonos pero enseguida me atiende una sudamericana muy atenta. Le estoy contando todo lo que esta pasando aquí y no me esta haciendo caso, me esta atendiendo como con aburrimiento e incluso se ha reído de mi. Se ha reído de todo lo que le he contado y luego simplemente me ha colgado. No se que hacer, estoy muerta de miedo así que voy a llamar a mis padres aunque les cueste llegar hasta aquí para rescatarme.
No da tono, no da nada, y la lámpara empieza a gotear un líquido extrañisimo que DUELE mucho, como si fuera ácido o agua muy muy caliente, y está empezando a moverse. Creo que todo esto es una broma macabra del otro compañero, o es que parece que quiere llevarme a un ataque de histerismo y salga ahí fuera a esperar a que Ania se me coma. No entiendo nada. Me he dado cuenta de que justo debajo de una bombilla hay una cámara, y en cuanto la he visto ha empezado a zarandearse más y más fuerte. Estoy segura de que ha sido mi otro compañero y nos está puteando, creo que nos odia y quiere que nos matemos entre nosotras ( o que ella me mate a mi, se coma mi cadáver y se suicide por sentimiento de culpabilidad) En fin, estoy pensando que hacer mientras la llama de la última vela se comienza a apagar —Todo el mundo sabe que odio los baños a oscuras.
Creo que voy a salir sigilosamente (ahora que no está haciendo guardia en la puerta) y voy a escuchar dónde está y encerrarme en otro cuarto. Abro la puerta sigilosamente, sin que haga ruido y la escucho rebuscando por mi habitación así que como no hay que pasar por delante de mi habitación para llegar a la cocina, voy a intentar llegar a ella, encerrarme y luego salir por la puerta de atrás para poder llamar a los dueños y que me ayuden con este gran problema. Empiezo a correr como alma que lleva el diablo, a correr y a correr lo mas silenciosamente posible —Ella se ha dado cuenta. Ania ha empezado a gritar "¡¡Tengo hambre!! Ayúdame". Y justo mientras la veia acercarse he conseguido cerrar la puerta y atrancarla con una silla de madera. Es divertida esta situación porque la puerta de entrada NO SE ABRE.
Esta si que es buena, estoy encerrada con una señorita gorda y con apetito que esta esperando en cocinar a la brasa mi suculenta carne. Ideal. He comenzado a rebuscar para ver si veía algún arma que pudiera herir a Ania, dejarla atontada pero que no la matase. No quiero matar a nadie jamás, no seré yo quien le quite la vida a una buena amiga. Pero todo lo que he visto han sido cuchillos jamoneros, cuchillos normales y bueno, cubiertos que estoy segura que no atontarán a esta muchacha. He pensado en darle en la cabeza con la tostadora, pero es muy arriesgado que no tenga la suficiente fuerza que hay que tener para dejarla inconsciente o algo. Pero, un momento... Mientras miraba la tostadora he visto algo brillando y es... es una cámara. Ese loco ha estado observándonos siempre, ha estado escuchando nuestras conversaciones y viéndonos desnudas, y ahora estoy segura que ha sido él el que ha montado todo esto.
Gracias Juan, gracias por querer matarme.
Estoy sentada, mirando a la pared esperando la muerte mientras Ania, grita y embiste con su propio cuerpo la bonita puerta de la cocina porque se le ha acabado toda la comida que teníamos nosotras en nuestro cuarto. Sigue gritando "Tengo mucha hambre, tengo hambre". Creo que me voy a tener que resignar y luchar a muerte con lo que se ha convertido un monstruo. Para no alargar la espera voy a coger el cuchillo jamonero y voy a abrir la puerta para que tenga acceso a mí. Mientras quitaba la silla, de repente oigo como otra persona embiste la puerta y justo mientras Ania abre la de la cocina aparece por la puerta de entrada Juan con la cara y la ropa llena de sangre y con una gran escopeta entre sus manos apuntando a Ania y ¡Pum! le dio en la cabeza.
Ahora todo es oscuro.
Cuando me he despertado, no sabía donde estaba, estaba aturdida y cuando conseguí recobrar el sentido y ordar todo lo que había pasado, el miedo, la muerte de Ania, me dí cuenta de que estaba cubierta de sangre sobre mi cama y Juan estaba sentado a mi lado mirando al horizonte. ¿Me ha salvado la vida?
"¿Qué acaba de ocurrir, Juan?
"Acabas de presenciar la muerte de tu querida amiga Ania, y yo también la muerte de toda la familia Sohön"
Me acabo de dar cuenta que estoy mirándole con la misma cara que pone un niño cuando sus padres le dicen que los bebés no los trae una cigüeña. Él esboza una sonrisa y comienza a contarme todo lo que ha pasado.
"La familia Sohön está enferma, sabía que pasaba algo con esa gente pero no sabía qué. Mis amigos murieron de forma extraña, y desde que llegasteis vosotras estuve investigando sobre las cosas que dan «mucha hambre» y descubrí un montón de pastillas que podían hacer ese tipo de efecto, pero supongo que a muy baja escala. Hoy, hoy me he ido a la farmacia a investigar y aun par de sitios mas a hacer recados y cuando me he dado cuenta de que estabais las dos solas y la familia no había salido de su casa he sentido un deseo impredecible de venir aquí. Sabía que era esa familia diabólica, no se como.
Sin entrar a la casa ya escuchaba a Ania decir que tenía mucha hambre, así que decidí subir, pero la puerta de entrada estaba cerrada con las dos cerraduras, y sólo tenía la llave de una así que decidí romper la puerta tal y como me viste que la rompí yo arriba y subí a casa de los Sohön, donde curiosamente su puerta estaba abierta. Olía a palomitas y se escuchaba a los chicos reír de fondo. Estaban teniendo una tarde muy familiar delante de la gran pantalla que tenían en el comedor de quinientas mil pulgadas. De hecho se estaban divirtiendo con tu sufrimiento y con el de Ania, se estaban riendo de la cara de agobio que tenías y decían tranquilamente que era evidente de que no ibas a tener agallas para matar a Ania y que ibas a ser devorada sí o sí, y esa era su parte favorita. Ellos lo habían preparado todo para que justo mientras yo estuviera fuera de casa pasase lo mismo que con mis otros compañeros. Ellos mataron a mis amigos y no me pude contener y comencé a dispararles a todos. Primero a los hijos, para que se el alma de los padres se rompiese mientras veían morir sus hijos y después a los padres y en cuanto pude vine a salvarte a ti y como ya sabes, maté a Ania"
"¿Y qué vamos a hacer ahora?"
"Tu puedes decir que tu compañero se ha vuelto loco y los ha asesinado a todos, y que tu eres la única superviviente que tuvo suerte y justo se escondió debajo de su cama, yo puedo huir"
"Me parece que no, me voy contigo, huiré contigo, te lo debo."
En ese momento me pareció ver un atisbo de malicia en su gesto y sus ojos centellearon en la penumbra.