Lo busco y no lo encuentro, está escondido bajo su abrigo. Tu me ayudas a cogerlo y aprovechando, lo acaricio suavemente con mis labios, mi lengua comienza a juguetear con él. Lo dejo deshacerse lentamente en mi boca. Lo saboreo, lo gozo, me deleito...
Y tú, despiadado seductor me sonríes y yo con él entre mis labios te sonrío. Y, aunque él quiere refrescarme, mi boca arde mientras lo chupa.
¡Que bueno está este helado de chocolate!
"Un poco de humor
nunca viene mal."
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