No sé como lo sabia. Pero lo sabía.
Y además intuía que a pesar de todo nunca dejaría de quererle. A él, a mi hermano.
Pese a que el ensangrentado cielo lo cubriese de culpa y su pecho y su alma estuvieran cubiertos de mi propia sangre
Pese a que el ensangrentado cielo lo cubriese de culpa y su pecho y su alma estuvieran cubiertos de mi propia sangre
1 comentario:
Sublime. A veces repites palabras, pero me ha quedado una agradable sensación al leerlo. Me ha gustado, es muy de mi estilo.
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