sábado, 25 de julio de 2015

26 Página: Cuando llega ese momento


03/01/2010
¿Y tú que quieres ser de mayor?
Esa es la típica pregunta que nos hacen nuestros abuelos, padres, tíos contínuamente desde que somos bien pequeñitos y lo mejor de todo es que cada vez que nos hacen esa dichosa y horrible pregunta cambiamos de respuesta.

Y es que parece que la gente de nuestro alrededor esta deseando llegar el día en el que empiece, realmente, nuestra amarga vida de tomar decisiones.
No, no soy un hombre de tomar decisiones, porque siempre me he encontrado en la situación de escoger lo peor para mi. Realmente no llevo en la sangre esto de tomar decisiones.

Recuerdo la primera vez que tuve que tomar mi propia decisión importante. Mi firma. ¿Cómo iba a ser mi firma del DNI? ¡Íba a tener la misma firma durante 5 años! —Toda una eternidad para un niño que sólo ha vivido 7. Recuerdo que había practicado durante semanas un millón de firmas, y ninguna me convencía del todo. Y al final simplemente fui, escribi: LEÓN R. y lo dejé tal que así.
Algo parecido me pasó cuando me empezaron a dar a elegir Religión y Atención Educativa o la optativa que sea que pongan ahí —Cada año la cambian de nombre. Claro, yo estaba confuso, ni siquiera sabía si creía en Dios, si existía y tampoco sabía que se hacia en las clases aquellas de A.E. Todo el mundo me decía que en esas clases optativas te hacían trabajar mas, otros pocos me decían que solo era ver pelis y resumirlas... La cosa es que yo estaba muy muy confuso, y por miedo a "lo desconocido" me cogí religiosamente, año tras año, la asignatura de religión, valga la redundancia.
A medio año me di cuenta de que efectivamente no creía en Dios, el señor que nos daba clase de religión decía un montón de chorradas sin pies ni cabeza, y lo peor de todo es que nos hacían exámenes de todo aquello... Juan me dijo que en A.E se hacía lo que uno quería, aunque a veces veían pelis y otras veces aprovechaban la hora para hacer deberes atrasados. 
En fin, no soy de tomar decisiones.


Nunca me había coronado tanto como cuando llegó ese momento. El momento en el que debes decidir tu destino, el momento en el que realmente tienes que contestar a la pregunta de ¿Qué quieres ser de mayor? o por lo menos dar parte de la respuesta.
Es el momento en el que vas a pasar de tercero a cuarto de la ESO y te preguntan ¿De letras puras, de sociales o de ciencias? ¡Yo que se, señores, no tengo ni puta idea de que es cada cosa! Ese momento puedes arruinar tu vida por completo, o acabar siendo lo que realmente te gusta, o por lo menos lo que te disgusta menos. Yo fui de esas personas que se equivocó estrepitosamente y encima no tuvo el valor de reconocerlo y "reparar los daños".
Yo me metí a sociales, me metí a sociales por miedo, porque todo el mundo me decía que las ciencias eran muy difíciles, tenías las matemáticas difíciles, que si la física y la química eran horribles, tecnología no era un paseo... Y me dije, bueno, creo que me llaman mas las ciencias, pero escogeré el camino fácil, porque las Sociales tampoco se me daban tan mal al fin y al cabo ¿Y para que probar algo nuevo como la física y la química? Demasiado esfuerzo...
ERROR
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Cuarto de la eso me fue bien, si... Y bachillerato, las pasé un poco putas, pero mis colegas de ciencias lo estaban pasando peor que yo. No se si por la dificultad de la materia o es que simplemente el social se me daba bien. Aunque siempre me quedó el gusanillo de todas las movidas de las que hablaban, la energía electromagnética y un montón de palabrejas y conceptos extraños que intentaban explicarme. La física realmente me llamaba, pero estaba mas cómodo en mi pequeña zona de confort. ¿Y para qué cambiar? Y sobre todo no quería darle la razón ni a mis padres ingenieros cabezones, que casi me obligan a punta de pistola a cogerme ciencias.

¿Que cómo he acabado? Pues creía que bien, pero no. Creía que me gustaba la Psicología, creía que me gustaba escribir, pero no.
A ver, si que me gusta la psicología, pero estudiarla es realmente un rollo, porque en el fondo, fondo, no puedo entender nada de lo que ocurre, simplemente lo tengo que memorizar y soltar como un papagallo para luego, al año que viene olvidarme. Quería ser escritor, pero no me llena escribir por obligación, tener que producir y producir para que luego no te valore absolutamente nadie, porque realmente tu trabajo no es bueno, porque no lo haces por gusto.

Lo que quiero decir, es que me arrepiento de no haber probado las ciencias, de no haber probado el quemar cerebro, el poner toda la carne en el asador y darlo todo de mí. Esforzarme mas. Porque quizá eso era lo mio, o quizá no, no lo sé.

Solo sé que no voy a rectificar, no voy a rectificar por darles esa satisfacción.



15/08/2027
Noticias de última hora:
Hallado muerto un hombre a los 36 años de 
edad en el sofá de su casa presuntamente 
ahogado por un pequeño papel manuscrito que
obstruía sus vías respiratorias.

"F=m·g" 

viernes, 10 de julio de 2015

¿Que has leído? —¡He leído a Kant!


¿Qué mejor forma hay para empezar una entrada de tales características que con un chiste malo?

A ver, que yo no tengo nada contra Kant, era un hombre muy... bueno, guapo no era, pero hay que respetarlo porque escribió cosas que a mi me parecen realmente aburridas y soporíferas interesantes.

En fin, solo quería introducir la nueva sección que encontrareis en mi bloc de notas personal. Se encuentra justo debajo de la cabecera, al lado de "puntos y aparte".
Esta sección se va a dedicar, como ya expliqué en un post anterior, a la "disección" de los libros que voy a ir leyendo, espero que para mañana pueda tener el primer libro diseccionado. He buscado un bastante sencillo para empezar, porque como con el mondongo, las primeras salchichas siempre salen un poco raras...
El primer libros será uno de Robert Louis Stevenson: El diablo en la Botella. No es tan famoso como el de la Isla del Tesoro que casi todos nos hemos leído cuando éramos pequeños, pero esta muy bien, bueno bueno, ¡Que me adelanto al post! 

Mañana sabréis más sobre él 

Un punto y aparte: El olor a infancia.

El martes pasado hizo un calor agonizante, y al volver de la compra decidí alargar el trayecto un poco para pasarme por el casco viejo del pueblo, donde las casas antiguas proporcionan un aire acondicionado natural estupendo.

Me dirigí hacia la calle de mi bisabuela Concha, porque ya que iba a dar un rodeo aprovechaba y veía la antigua casa de la familia que se decidió vender.
La puerta principal medía dos metros y medio de alto y dos de ancho, era antigua (ya entonces) de madera, de un color pastel azul cielo y tenía "tachuelas" metálicas ya un poco oxidadas. A los lados tenía dos majestuosas parras plantadas en macetas en el suelo que se elevaban por toda la fachada, pintada de blanco. En el balcón casi puedo decir que tenía un precioso jardín en cuyas esquinas había otras dos parras pequeñitas que rodeaban el borde exterior del balcón y cuyas ramas, finalmente caían para intentar besarnos la cabecita al pasar a través de la puerta.

Esa fachada personificaba a mi abuela, estaba en armonía con la naturaleza, era bella y transmitía una sensación de paz bastante increíble.
 Lo más imponente de aquella caserona no era su fachada, aunque en tiempos hasta se había premiado y se había halagado por su increíble encanto, tampoco lo eran sus habitaciones, cuidadosamente decoradas e impolutas ni lo era el salón principal, casi tan grande como la casa en la que vivo en Zaragoza. Lo más imponente era el cómo la fragancia del lugar conseguía escenificar los hechos que ocurrieron allí en el pasado. Ese típico "olor a libro viejo" que en cada estancia en la que entraba cambiaba un poquito y contaba su propia historia.
En fin, no os voy a marear mas
Solo quería reflejar lo bonito que es recordar por un olor, y lo bonito que es que esa calle huela como siempre, como si no hubiera pasado ni un solo minuto.
Mi pueblo quizá no sea bonito, pero el casco viejo es precioso y lo mejor de todo es que  huele a amor, huele a infancia, huele a buenos tiempos, huele a que no falte nadie, huele a...