viernes, 10 de julio de 2015

Un punto y aparte: El olor a infancia.

El martes pasado hizo un calor agonizante, y al volver de la compra decidí alargar el trayecto un poco para pasarme por el casco viejo del pueblo, donde las casas antiguas proporcionan un aire acondicionado natural estupendo.

Me dirigí hacia la calle de mi bisabuela Concha, porque ya que iba a dar un rodeo aprovechaba y veía la antigua casa de la familia que se decidió vender.
La puerta principal medía dos metros y medio de alto y dos de ancho, era antigua (ya entonces) de madera, de un color pastel azul cielo y tenía "tachuelas" metálicas ya un poco oxidadas. A los lados tenía dos majestuosas parras plantadas en macetas en el suelo que se elevaban por toda la fachada, pintada de blanco. En el balcón casi puedo decir que tenía un precioso jardín en cuyas esquinas había otras dos parras pequeñitas que rodeaban el borde exterior del balcón y cuyas ramas, finalmente caían para intentar besarnos la cabecita al pasar a través de la puerta.

Esa fachada personificaba a mi abuela, estaba en armonía con la naturaleza, era bella y transmitía una sensación de paz bastante increíble.
 Lo más imponente de aquella caserona no era su fachada, aunque en tiempos hasta se había premiado y se había halagado por su increíble encanto, tampoco lo eran sus habitaciones, cuidadosamente decoradas e impolutas ni lo era el salón principal, casi tan grande como la casa en la que vivo en Zaragoza. Lo más imponente era el cómo la fragancia del lugar conseguía escenificar los hechos que ocurrieron allí en el pasado. Ese típico "olor a libro viejo" que en cada estancia en la que entraba cambiaba un poquito y contaba su propia historia.
En fin, no os voy a marear mas
Solo quería reflejar lo bonito que es recordar por un olor, y lo bonito que es que esa calle huela como siempre, como si no hubiera pasado ni un solo minuto.
Mi pueblo quizá no sea bonito, pero el casco viejo es precioso y lo mejor de todo es que  huele a amor, huele a infancia, huele a buenos tiempos, huele a que no falte nadie, huele a...


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