lunes, 23 de abril de 2012

6ª Página: Hija de la naturaleza.


En el bosque abandonado sus lágrimas surcaban su cara y quemaban su alma hasta magullarla. El viento que zarandeaba su oscuro cabello y acunaba su pálido cuerpo la consolaba, soplaba sus penas y mecía sus lágrimas. Le susurraba al oído palabras invisibles mientras los ruiseñores le cantaban alegres canciones.
Pero ella solo lloraba.
Los arboles bailaban al son de la música de sus hojas para alegrarla y los insectos la acariciaban suavemente para animarla. Incluso los lobos y ardillas la miraban y se acurrucaban con ella para que no se sintiese sola.


Todo fue en vano pues la bella muchacha sin aliento quedó y su frío cuerpo entre arbustos sucumbió. 
Pobre hija de la naturaleza, cuya mirada fue una vez ladrona de muchos corazones ahora se hallaba pétrea, fija y sin vida.
¿Fue la naturaleza quien le quito la vida? ¿O fue el ser humano?
Pobre muchacha, sólo el viento y los árboles la echarían de menos.










No hay comentarios: