miércoles, 18 de abril de 2012

4ª Página: La petite mort/La pequeña muerte


Sentía cómo sus grandes manos me acariciaban el cuello cerrándome la espita del aliento Mientras, mi corazón se aceleraba escuchando su respiración entrecortada. Tenía calor y las rojeces de mis mejillas comenzaban a emerger. Él también tenía calor, me estaba empapando con su sudor.

Sus manos no soltaban mi cuello, y mi cuerpo poco a poco se empequeñecía frente al suyo, robusto, firme y musculado. En un instante sus ojos negros penetrantes se clavaron en mí, junto a la última bocanada de aire que me permitió tomar.

Ya, mi cuerpo no era mío. Mi boca dibujaba en el aire blasfemias sin control y mis ojos en blanco quedaron hasta que entre espasmos mi cuerpo se rindió y comenzó a perecer entre sus brazos.

Su fría sonrisa de satisfacción se desvanecía junto a mi cuerpo, incluso mis asustados pensamientos desfallecían. Ya no sentía nada, estaba muriendo.


Lo único que escuché antes de perder la consciencia fue un amago de susurro que decía que me quería.






Y a las horas, desperté junto a él.

2 comentarios:

Kamil dijo...

http://es.wikipedia.org/wiki/Hipoxifilia

kia dijo...

.|.. que te den. xD